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lunes, 6 de febrero de 2012

Acerca del caiman gigante, al cual este blog debe su nombre. (II)

Continuamos con nuestro resumen de la historia de Purussaurus, que habíamos iniciado en el post anterior. Nos habíamos quedado en la discusión de Patterson sobre los cocodrilos gigantes de Suramérica, y con la afirmación de José Royo y Gómez de que los cocodrilos fósiles del valle del Magdalena no eran del Cretácico, sino del Mioceno. Aquí continuaremos con los descubrimientos y publicaciones que siguieron.




La comisión geológica para vertebrados y el caimán de Neiva
Entre 1944 y 1949, la Universidad de California, junto con el Servicio Geológico Nacional de Colombia (que sería conocido mas tarde como INGEOMINAS, hoy en día no estoy seguro si se sigue llamando igual) realizan las expediciones de la llamada “Comisión Geológica de Vertebrados”. Estas expediciones corresponden a un acuerdo de colaboración científica entre las dos entidades para estudiar la paleontología y geología de varias regiones de Colombia (para mas información, yo recomiendo leer la breve reseña sobre la comisión geológica para vertebrados que se encuentra en el libro de Acosta-Rizo de 2007). José Royo y Gómez ya había considerado las rocas del Grupo Honda que afloran en el Valle Superior del Magdalena, en Colombia, y los hallazgos de vertebrados fósiles que en ellas se encuentran. El interés del paleontólogo Ruben Arthur Stirton en los fósiles colombianos lo lleva a Colombia en 1944, financiado por una beca de la Fundación John Simón Guggenheim, y luego por varias compañías petroleras. Ambos científicos pasarían a coordinar las dos temporadas de campo de la comisión.
Lamina II, figura 4 de Royo y Gómez, 1946: "Transporte a Villavieja del bloque del cráneo de crocodílido gigantesco (n°2325) del N. del campamento de La Venta. El mismo de la lámina III, figura 6."
Ya conociendo la naturaleza de los restos de cocodrilos encontrados en varias localidades de los departamentos de Huila y Tolima, Royo y Gómez reitera en 1946 su opinión de estos restos junto con  aquellos encontrados en la comisión representan la misma especie de cocodrilo descrita por Mook en 1941:
"Han aparecido allí restos de peces de diversas clases, un lacértido, varias formas de crocodílidos entre los cuales destacan unos gavialiformes y otros gigantescos con hocico corto y ancho, de uno de los cuales se posee el cráneo casi completo y, de otro, gran parte del esqueleto, como puede verse en la lámina III, figuras 5 y 6; estos últimos quizá pertenezcan a Dinosuchus neivensis Mook (...)"

Lamina III, figura 5 de Royo y Gómez, 1946: "Parte del esqueleto de un cocodrilo gigantesco (2325) igual que el de la figura anterior. Se ven vértebras y costillas. N. del campamento de La Venta, Villavieja.
Este material fue descrito por Wann Langston Jr, junto con muchos otros célebres cocodrilos fósiles de Colombia en 1965, en la monografía titulada "Fossil Crocodilians from Colombia and the Cenozoic History of the Crocodylia in South America" (Los Cocodrilos Fósiles de Colombia y la Historia Cenozoica de los Crocodylia en Sur America). Langston encuentra muchas características comunes entre el cráneo de este animal y los representantes del género moderno Caiman, al que pertenecen las babillas (Caiman crocodilus), el caimán del Paraná,(Caiman yacare) y el caimán de rostro corto (Caiman latirostris). Al mismo tiempo, este autor mantiene la opinión de Royo y Gómez de que estos restos corresponden a la misma forma que Mook llamó Dinosuchus neivensis. Al asignarlo al género Caiman, esta nueva especie queda bautizada Caiman neivensis.

Lamina III, figura 6 de Royo y Gómez, 1946: "Vista frontal del cráneo de un crocodílido gigantesco (n° 2324). Areniscas del N. del campamento de La Venta, Villavieja. NOTA. el tamaño del martillo, tomado como término de comparación,  es de 32 cm X 18´5 cm."
Cráneos sin quijadas, quijadas sin cráneos y el final de Dinosuchus.
Langston decide considerar al Dinosuchus terror de Gervais como "nomen vanum", por estar basado en una sola vertebra incompleta, imposible de diferenciar de la vertebra de cualquier cocodrilo de gran tamaño. El Dinosuchus neivensis también queda descartado, al haber sido asignado por Langston al género Caiman, como ya se mencionó antes. Langston considera que Purussaurus es válido, al diferenciarse por el agrandamiento de los alveolos (las cavidades donde se ubican los dientes) anteriores. Respecto a Brachygnathosuchus, concuerda con Patterson (1943) en considerar que el fragmento de quijada presenta alguna patología que lo ha deformado. Sin embargo, difiere de la opinión de Nopcsa de que sea igual a Purussaurus, pero lo hace solo de manera provisional, reconociendo que existen semejanzas entre Brachygnathosuchus y Purussaurus. 
El cráneo de Purussaurus neivensis UCPM 39704. Tomado de Langston (1965) La abertura nasal es inusualmente grande en esta especie, comparada con las formas modernas.
Langston (1965) no cuenta con muchos restos de quijadas (en particular la porción delantera) asociados a su Caiman neivensis que le permitan comparar con otros cocodrilos fósiles suramericanos. Sin embargo, describe dos quijadas aisladas provenientes de los mismos depósitos. De la mas pequeña de las dos, Langston discute la posibilidad de que se trate de C. neivensis. Sin embargo, rechaza esta suposición debido a la forma del proceso retroarticular (la prolongación que se encuentra por detrás de la articulación en la quijada) asociado a estos restos. Respecto a la segunda de estas quijadas, Langston tiene una opinión mucho mas interesante:
"This mandible differs from most alligatorids (and most eusuchians in general) in the unusual enlargement of the anterior alveoli. It can be best compared with Brachygnathosuchus braziliensis Mook and Purussaurus brasiliensis Rodrigues"
("Esta mandíbula difiere de la mayoría de los aligatóridos (y la mayoría de los eusuquios en general) en el inusual agrandamiento de los alveolos anteriores. La mejor comparación puede hacerse con Brachygnathosuchus braziliensis Mook y Purussaurus brasiliensis Rodrigues")
La quijada "Purussauroide" de Langston (1965)
Langston considera la posibilidad de que esta quijada pertenezca a C. neivensis, pero a falta de un hallazgo donde la parte anterior de la qujada se encuentre asociada a un cráneo, le es imposible afirmarlo con certeza.
¿Y el Purussaurus amazónico?
Un hallazgo que menciona Langston en su revisión de los cocodrilos suramericanos es el de la "mandibula" mencionada por Peter Matthiessen en su libro de 1961 "The Cloud Forest". Se trata de una enorme porción del hocico de un cocodrilo fósil de tamaño gigantesco. Langston identifica correctamente esta pieza como el rostro de un aligatórido (cocodrilo de la familia de los aligatores y caimanes) de gran tamaño, y considera razonable que este fósil pueda representar el rostro de Purussaurus o Brachygnathosuchus. Esta quijada afortunadamente no se perdería, y sería estudiada de nuevo en otra ocasión. No es este el caso de la pieza original sobre la cual se definió Purussaurus.
El fragmento de mandíbula descrito por Barbosa-Rodrigues desafortunadamente se considera perdido. Es probable que estos restos, que aparentemente habían permanecido en la colección del Museo Botánico de Manaus, hayan ido a parar a Italia junto con otros fósiles, en manos de algún pariente de Barbosa-Rodrigues. Sin embargo, el hallazgo de una rama mandibular de gran tamaño le permitió a Llewellyn Ivor Price (quien es considerado por algunos como el padre de la paleontología de vertebrados en Brasil) atribuirla en 1963 al Purussaurus brasiliensis, con base en comparaciones entre esta nueva pieza y las ilustraciones presentadas en la descripción de Barbosa-Rodrigues. Esta mandíbula proviene del río Juruá, en el noroeste de la cuenca amazónica, y muy cerca del Purus.
La mandíbula descrita por Price (1963). Compárese con la ilustración de Langston (1965) que se muestra mas arriba.
Price pensó que la edad de los restos era Pleistoceno (2,588-0,0117 millones de años atrás), debido a que habían sido encontrado restos de:
"...um fêmur esquerdo e da metade distal de outro fêmur de Artyodactyla - um cervideo de grande tamaño, que de acordo com informação fornecida pelo nosso colega Carlos de Paula Couto, parecem indicar preferencialmente idade Pleistocênica"
(...un fémur izquierdo y de la mitad distal de otro fémur de Artiodactyla - un cervido de gran tamaño, que de acuerdo con la información proporcionada por nuestro colega Carlos de Paula Couto, parecen indicar preferencialmente una edad Pleistocénica).
Esta estimación es sin duda errónea, debido a que en la amazonía es común que estos materiales sean arrastrados por los ríos y redepositados en las playas, en el proceso mezclandose faunas de diferentes edades. (Feijó Ramos, 2003.).
Parte de la misma mandíbula descrita por Price, en el Departamento de Minas de Rio de Janeiro. Si, la conocí en 2005, y es enorme. Foto por Felipe Simbras. 
De este modo, para la década de 1960 seguimos teniendo bien definido a Purussaurus brasiliensis con base en características de la quijada y a Caiman neivensis, representado por varios cráneos. Brachygnathosuchus puede ser lo mismo que Purussaurus, y Dinosuchus ha desaparecido. Varias quijadas provenientes de Colombia pueden ofrecer una posible conexión entre Purussaurus-Brachygnathosuchus, pero esto sigue sin ser seguro. ¿Es entonces Caiman neivensis mas similar a Purussaurus brasiliensis de lo que pensábamos? ¿Como se relaciona Purussaurus con los caimanes y demás cocodrilos modernos? ¿Que pasa con Brachygnathosuchus? Las respuestas a estas preguntas las encontraremos en el próximo post.
Referencias.



9 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Muchas gracis Jorge. Me alegra que las hayan disfrutado. Espero poder escribir mas pronto.

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    1. ¿La ha visto antes Dinorider? esa es la que describe Price, el neotipo de Purussaurus.

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  3. Gracias me ha servido, tienes mas cosas de vertebrados fosiles en colombia?

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    1. Claro que si Javier, espero con el tiempo poder escribir mas acerca de los fósiles colombianos(en este momento estoy en medio de un trabajo de campo).

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    2. Todavía no hay mucho en Colombia,recolectado oficialmente muy poco..Pero algunas publicaciones de los años 60 hablan de un gran potencial y se sabe a ciencia cierta que el potencial paleontológico de Colombia es enorme. Pero no vas a encontrar en Bogotá un museo que tenga fósiles en cuantía..nada de eso. En el libro "la evolución de los mamíferos" de Savage,se habla con asombro de algunos fósiles en el contexto de la evolución de los mamíferos suramericanos. Los hayazgos en el desierto de la Tatacoa son impresionantes y especialmente por que informalmente se piensa que hay restos de dinosaurios en estratos del paleoceno superior,tema que no tiene publicación ni estudio formal..El hadrosaurio de México será un recuerdo con la formalización de los hayazgos fortuitos correctamente fechados. Yo aseguro que las sorpresas de la paleontología Colombiana,esperan por emerger y los fósiles están ahi y esperan por ser revelados.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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